Nos gusta disfrutar y pasárnoslo bien cada sábado…
Nos gusta emocionarnos con nuestros novios y sentir ese pellizquito de nervios previos al «si, quiero». El día que deje de emocionarme cuando la novia camine hacia el altar sabré que algo no estoy haciendo bien.
Nos gusta reír con los amigos y sentir como la familia…